A medida que el hombre descifra los enigmas del cosmo, elabora concepciones que en vez de darle más luz, lo hunden más en las penumbras. El conocimiento superficial nos impide intuir las dimensiones del universo y las complejidades de la naturaleza. Por eso es tan fácil para los necios creerse sabios. Y es normal para los sabios creerse necios, Estos cuando resuelven incógnitas hallan detrás de ellas otras más numerosas y más profundas. El pensamiento religioso considera que en lo inexplicable está la presencia de Dios, La dialéctica materialista rechaza lo sobrehumano y opina que lo inexplicable será lo explicable aunque siempre existirá una porción de lo desconocido que más tarde será aprehendida por nuestros sentidos.
Estas meditaciones me son suscitadas por las sorpresas inauditas en el núcleo del átomo. Problablemente, nunca habrá microscoipio a través del cual podamos observar los electrones girando entorno al centro atómico, Quizá ese espectáculo insólito podrá apreciarse en forma indirecta mediante un método que aún no se ha inventado. Los físicos manejan sin embargo, estas expresiones infinitesimales de la materia con destreza que a mí me parece imposible, Disparan partículas inconsebibles por su minúsculo tamaño sobre los átomos para partirlos y desencadenar espantosas oleadas de energía. Los científicos se internaron, no se cómo, en el núcleo del átomo. Eso es más difícil que pasar un camello por los poros de una hormiga y valga la frase, para extremar la parábola de Jesús. Hace veinte años imaginaron que habían explorado los parajes ocupados por el núcleo, y que ya no tenían nada más que buscar en el mismo. Y pensar que esta equivocación la cometieron genios tan imponderables como Neisl Bohr y Rutherford. En 1974 otro miembro de la estelar familia de los Premios Nóbel, Chen Ning Yang, nos decía en Caracas que el núcleo del átomo es un diminuto universo acerca del cual era casi nada lo que sabíamos. Esa afirmación ha sido ratificado con recientes descubrimientos de ultraminipartícula cuyas existencia se mide en cien millonésimas de segundos. Creíamos que el núcleo era solamente un grupo de bolitas de dos tipos dispuestas en el área de un círculo: los protones cargados de electricidad positiva , de la misma manera que nos hace estremecer cuando tocamos un cable pelado del alumbrado hogareño: y los neutrones que no son ni chicha ni limonada porque, como su nombre lo indica, son electricamente neutros. Más al continuar la incursión en el referido núcleo encontraron una masa, como el cemento, que unía a los protones con los neutrones. La examinaron y hallaron que tal masa estaba formada por partículas mucho más pequeñas que llamaron mesones. Sin salir de su asombro, los investigadores identificaron los mesones y supieron que habían numerosos tipos de partículas. Se quedaron mudos de estupor al comprobar la novedad de los mesones -pi o piones. hbías piones positivos y piones negativos que al encontrarse se aniquilaban mutuamente. Y piones neutros, verdaderos hermafrditas de lo inorgánico, porque contenían carga positiva y carga negativa. Estos piones son los que el gran cancerólogo norteamericano Kaplan usa para destruir célula maligna. Los introduce en ella y provoca microexplosiones atomicas inclusive en laparte necrosada y sin oxígeno de los tejidos enfermos. Este procedimiento multiplicará muy apreciablemente las vidas rescatdas ante el flagelo.
Los científicos siguieron adelante y descubrieron una partícula lo más parecido a la nada: el neutrino, tan mínimo que atraviesa la Tierra entrando por Caracas y saliendo por Pekínsin tocar en el trayecto absolutamente nada, ni un electrón, ni un protón, ni un neutrón, ni un mesón. Viaja en línea recta a trescientos mil kilómetros por segundo a través del vacío que hay dentro de los átomos.
Los expedicionarios no quisieron descansar y prosiguieron su trabajo. Encontraron lo que llamaría átomos transitorios. Son el nucleonio, un frasante que tiene apariencia del hidrógeno, constituido por un protón y por un antiprotón y el positrónio formado por un electrón y un positrón o antielectrón. En ambos casos se trata de una comandita de poca duración porque los dos socios terminan aniquilándose, igual que las integradas en ciertos negocios donde los socios son como tigres y tiburones y acaban devorándose recíprocamente.
Otros hallazgos que nos dejan perplejos se siguen haciendo en este laberinto que es uno de los millones de laberintos que hay en el insondable núcleo atómico.
